Agesport en su revista Nº 6 en la pag. 42 me publica un articulo titulado Los jefes:
Una raza a extinguir, como los dinosaurios.
En este articulo argumento las razones por la cuales la personas en la actualidad necesitamos y exigimos ser bien dirigidos, a su vez esperamos que aquellos que tengan puestos de responsabilidad, se preparen adecuadamente para dirigir a personas y así poder sacar lo mejor de ellos.
El mundo actual ya no quiere y además se revela con el concepto del jefe y todo lo que ello ha significado.
Espero que te guste y si compartes los reflexiones hagas un comentario en este blog.
A su vez te recomiendo que veas la revista completa, se encuentra en la web de
Agesport, encontraras áticulos estupendos de mis amigos Raúl Sanchez. Antonio Casimiro y Juan de la Cruz.
LOS JEFES: UNA RAZA A EXTINGUIR, COMO LOS DINOSAURIOS
Todo lo que no evoluciona termina por extinguirse, eso le ocurrió a los dinosaurios, durante un gran periodo de tiempo fueron los grandes dominadores y depredadores de la tierra, se sentían los reyes y posiblemente pensaron que con tanto poder, nada podía afectarles. Lo mismo le ocurre a los jefes, durante un largo periodo de tiempo han sido esenciales y necesarios para la evolución y crecimiento del mundo de las organizaciones, es más me atrevería a decir que en las etapas pasadas han llegado a ser totalmente imprescindibles, pero la situación está cambiando y podemos decir que hoy por hoy estos grandes señores (los jefes) tienen sus días contados y los mismo que ha ocurrido con otras especies, son una raza a extinguir.
De todos los dinosaurios que existieron, algunos (los pocos) consiguieron evolucionar, se transformaron a las nuevas circunstancias y terminaron por adaptarse a la nuevos retos y situaciones. Con los jefes ocurrirá lo mismo que con los dinosaurios, aquellos que comprendan la nueva realidad y sean capaces de evolucionar hacia estilos directivos que se ajusten a las nuevas demandas organizativas y sociales, sobrevivirán, pero aquellos que se sientan como el Tiranosaurio Rex, se verán condenados a la desaparición.
Las necesidades de las nuevas empresas junto con la preparación y la formación de que tienen la sociedad y los trabajadores en especial, se necesita que los responsables de las organizaciones dejen de ser jefes y se conviertan en líderes que sean capaces de formar equipos ilusionados con un proyecto de tal forma, de que cada uno de los integrantes pueda dar lo mejor de si mismo.
Ya en la época de la Reconquista Española, D. Rodrigo Díaz de Vivar conocido popularmente como el Cid Campeador intuía este concepto y nos dejo este comentario: “Dios, qué buen vasallo sería, si tuviera buen señor” Lo bueno de esta reflexión es que sigue vigente hoy en día, pues todos queremos ser bien dirigidos y seriamos unos estupendos vasallos (trabajadores) si nuestros señores (los jefes) fueran buenos señores (jefes).
En estos momentos en los que nos encontramos, los empleados deseamos y además exigimos tener buenos directivos, ya no queremos jefes que ordenen sin argumentos, no deseamos personas autoritarias que utilicen la fuerza y su poder para intimidar, nos negamos a obedecer sin comprender y sin argumentos, y por supuesto no aceptamos que el más listo de la clase (de la organización) sea el jefe por el hecho de ser él quien ostenta el mando. Sin embargo lo que queremos es sentirnos integrados e ilusionados con un proyecto, por eso necesitamos personas soñadoras que marquen un horizonte que conquistar y que nos hagan participar en el construcción del camino más adecuado. Exigimos y aspiramos que nuestros directivos sean personas honestas, que tengan valores y hayan desarrollado su lado humanista y social en todos los sentidos. Anhelamos que los responsables de las organizaciones, sean capaces de motivarnos, de influirnos positivamente de tal forma de que nuestros talentos florezcan y salga lo mejor que llevamos dentro. Necesitamos gente responsable que nos inspiren confianza y que cuente con nosotros para despertar nuestro lado más creativo. Ansiamos que esa nueva raza de directivos, cree equipos unidos y compactos, donde se tenga consciencia de que la sinergia creada por el colectivo es el mejor valor de la organización para ser eficaces.
Por todo ello, los jefes deben de evolucionar hacia un nuevo liderazgo transformador y vitalizador, sé y soy consciente de que ello requiere trabajo y un esfuerzo personal y que lleva implícito algunos cambios, tanto de mentalidad como en la adquisición de nuevos hábitos de comportamiento. Es verdad que es más fácil mandar y ordenar sin dar explicaciones, pero en este caso, lo más cómodo no es lo mejor y es por eso que los directivos tienen la obligación de aprender a liderar a su gente y esto es una tarea interminable.
En la gestión deportiva estos aspectos tienen aún una mayor relevancia, pues la mayoría somos empresas de servicios con una atención personalizada a los usuarios y estos cuando vienen a nuestras instalaciones buscan; salud, disfrute, relaciones sociales agradables y todo ello no podremos ofrecérselo si el clima laboral que tienen los técnicos deportivos y las personas que están en contacto con los usuarios no está enfocado hacia el liderazgo.
Karl Popper uno de los grandes filósofos del siglo XX en su obra “En busca de un mundo mejor” Comienza el libro diciendo: Todos los seres vivos van a la búsqueda de un mundo mejor…todo organismo está constantemente ocupado en la tarea de resolver problemas. Con esta reflexión confío en que todos los responsables evolucionemos hacía ese mundo mejor de la forma más eficaz y eficiente para que podemos adaptarnos a los nuevos retos que se nos plantean y que tanta repercusión pueden tener en todas las personas que nos rodean y dirigimos.