Si tienes hijos o conocidos adolescentes, quizás te sientas identificado con el artículo.
Te paso en este blog el artículo, para que puedas leerlo con más facilidad.
Peter Pan en Casa -El síndrome de Peter Pan-
«Lo tienen todo, sus necesidades están cubiertas en todos los sentidos y por eso no quieren salir de su burbuja. Han creado su propio país de nunca jamás».
Peter Pan es un personaje ficticio, aunque su historia está
inspirada en la vida misma. ¿Quién iba a decirle a D. James Mattew, en 1904, año
en que estrenó su obra, que la forma de ser de su personaje se propagaría entre
los jóvenes un siglo después?
Todos conocemos la historia de Peter Pan (PP), un joven que no
quería crecer. Pues bien, cuando analizamos el cuento encontramos muchas
similitudes con algunos de los jóvenes actuales que se sienten afectados por
este síndrome. Veamos algunas de ellas:
EL PAÍS DE NUNCA JAMÁS (PNJ) vs. EL HOGAR. Este país es una isla donde vive PP; se trata de un hábitat que le
proporciona la misma seguridad que el hogar familiar.
CAMPANILLA vs. MAMÁ. Campanilla es
el hada que crió a PP. Lo quiere y lo protege al igual que una madre quiere a
su hijo.
LOS PIRATAS vs. LOS POLÍTICOS. Los
piratas son los enemigos de Peter, los que impiden que su país sea perfecto. En
la actualidad, los políticos son una especie de enemigos de los jóvenes: ellos
creen que les han robado su futuro, sus ilusiones, el trabajo y el bienestar.
LOS NIÑOS PERDIDOS vs. LOS COLEGAS.
Estos chicos son amigos íntimos de Peter Pan, tampoco quieren crecer y se
sienten perdidos sin su líder. Los colegas actuales, los amigos, en algunos
casos también están un poco perdidos, sin sueños y sin saber qué hacer ni hacia
dónde dirigir sus esfuerzos.
WENDY vs. LA NOVIA. Wendy es una
chica hermosa y Peter se enamora de ella, por eso se la lleva al PNJ. Hoy en
día algunos jóvenes se llevan a vivir a sus novias a sus habitaciones, lo que
hace que aún se sientan más cómodos en su hogar, sin que tengan que renunciar a
nada en particular.
PETER PAN vs LOS JÓVENES. Peter se
siente un ser único, se ha criado como un ser egoísta y caprichoso, se cree
especial por su capacidad para volar; a su vez, también es generoso y tiene buen corazón. En su
mundo tiene todo lo que necesita para ser feliz, por ello, no quiere crecer, no
hay nada en el exterior que le interese y que le haga madurar.
Este paralelismo, aunque de forma dimensionada es saludable para
los jóvenes, suele convertirse en nocivosi se alarga en el tiempo. En muchas
ocasiones los padres facilitamos en
exceso las cosas a nuestros hijos y los convertimos en seres inmóviles. ¿Para
qué voy a ir a cazar -si me traen la comida a mis pies? De alguna forma les
enseñamos- «la ley del mínimo esfuerzo»: para los jóvenes es una situación
perfecta, lo tienen todo, sus necesidades están cubiertas en todos los sentidos;
por eso no quieren salir de su burbuja. Han creado su propio país de nunca jamás.
Pero el futuro llega, se aproxima y termina llamando a las puertas
inexorablemente, y ese hecho invita a responder a Peter Pan. Estas son algunas
de esas llamadas:
·
Algunos amigos empiezan a
marcharse, a crecer y a madurar; han encontrado trabajo o algo en lo que ocuparse
y ya no te adoran como antes.
·
Tu novia empieza a ver el
futuro y quiere construir un hogar que le dé un mínimo de seguridad, sin darse
cuenta; ha empezado a madurar y te reclama que cambies o ella se irá.
·
Tus padres empiezan a
impacientarse y, cuando miran tu futuro, no lo ven claro. Sienten que estás
perdido y eso empieza a preocuparles. Esa presión se va incrementando con el
tiempo y ahora los peterpanes piensan que el mundo se ha vuelto contra
ellos y que este es una mierda.
Estas acciones hacen que te despiertes, sientes como
si la magia que tenías hubiese desaparecido. Tu PNJ empieza a desmoronarse como
un castillo de naipes al no haber creído
en el futuro y no haberte preparado bien para vivir en él. Estos son algunos de
los retos que tienen que afrontar los PP:
·
No se sienten seguros. Son como una
rana a la que han sacado de su charca: están en un lugar que no reconocen y que
les resulta hostil.
·
Puesto que han vivido en una
burbuja casi perfecta, no están
preparados para superar retos ni para resolver problemas.
·
No se han formado bien, lo cual es
un factor más para que las ofertas de trabajo que encuentran sean de baja
calidad, llenándoles a su vez de frustración y les haga pensar que el futuro es
una mierda.
·
Al haber vivido en la zona de
comodidad y de disfrute, no conocen el
esfuerzo y el sacrificio; llegan a pensar que eso es solo para los
esclavos, así que deben aprender a esforzarse.
En ocasiones los padres también somos responsables
de esta situación. Con demasiada frecuencia los sobreprotegemos, y a veces, creemos
que dar comodidad es igual a dar amor. Con solemos convertir en «colegas» de nuestros
hijos, cuando lo que de verdad necesitan son unos «padres» que actúen como tales.
Todas estas reflexiones son el fruto de la
observación después de haber estado implicado durante 30 años en procesos
educativos con jóvenes. Espero que estas aportaciones puedan ayudar a padres o educadores y que contribuyan a
construir un futuro mejor para nuestros jóvenes.
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